Hay exoticidades en el nomenclator callejero más cercanas a un título novelesco o a una ópera bufa que a una mera calle poco transitada. La combinación del tétrico árbol con una consorte de un excelso cargo islámico no deja de ser explosiva y arrebatadora, abriendo el deseo de conocimiento por el origen de tal denominación, tan estrafalaria como suculenta.
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