Serie D: arqui_texturas (38): Edificio Vistasol

El boom turístico y el desarrollismo urbanístico azotó a buena parte de la costa española a partir de los años 70 del siglo pasado, cuajando toda la franja costera de imponentes urbanizaciones, tórridos rascacielos y morrocotudos complejos residenciales, en los que el ladrillo era el rey. Un bloquerío, en fin.

Torremolinos fue baluarte de esta tendencia constructiva, en un principio guiada por el buen gusto y  mejores formas arquitectónicas, cuidando con esmero visual aquello que se levantaba, como fue el caso de urbanizaciones como La Nogalera o las torres de Playamar, ambas obras de Lamela. Ello dio paso a un proceso constructivo tan feroz como desaforado, dado lugar a auténticas colmenas urbanísticas, abigarrados edificios residenciales ( llevando al paroxismo el concepto de apartamento, para ahorrar metros y ganar dividendos ). Es el caso del Edificio Vistasol, cuya fachada es un insolente avispero de terrazas, expresión de un brutal interior entramado de apartamentos. Terrazas, cada una de su madre y de su padre, con abundancia estética y estilística de cerramientos, persianas y toldos. Vidrioso ejemplo del desmampante y despanzurrante afán constructivo de la época.


Con todo, estas construcciones aún mantenían ciertos signos característicos del momento de su planteamiento, como era una estudiada amplitud de espacios comunes ( y que lo ejemplificamos en esa escalera de entrada al recinto ) o la presencia necesaria de una piscina, algo vetusta y de torpe diseño, cuyo vaciamiento le otorga una sensación entre tétrica e inquietante.


Y para concluir, un apunte rotulero: el rótulo que sirve de símbolo y representación de la urbanización, que usa un verde islote con frondosas palmeras que se yuxtapone a un sol en retirada, un oasis que se alza sobre un mar calmo. Quietista rótulo para tanto movimiento escondido a la sombra de ese edificio.

Ubicación: Avenida de los Manantiales ( Torremolinos )

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