Los rótulos también tienen su parte esquiva, labor arrebatada, contenido lúbrico y trascendencia sexual. Y es que aquellos negocios dedicados a animar el cotarro y paliar las ansias provocadas por la neblina erótica también ofrecen su correspondiente rótulo, muchos cargados de soberanas razones para alentar la entrada y disfrute de aquellos clientes conspicuos, ávidos de experiencias sensoriales, o al menos, visuales.
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nº1 |
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nº2 |
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nº3 |
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nº4 |
El negocio por antonomasia liberador de efluvios consolidados, rincón de solitarias proyecciones y expendedor de furtivo e imposible
merchandising sexual es el sex shop, hoy en día, reductos apocados y condenados a la lujuria facilona debido a la hecatombe digital. El nombre de tales negocios ha estado muy vinculado a una especie de mítica geográfica que hacía volar a los sueños calenturientos hacia urbes embarradas en una supuesta eclosión lujuriosa. De ahí los ejemplos de París, Amsterdam o Hamburgo.
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nº5 |
Aunque a veces las ínfulas palpitantes son tantas que no caben en una ciudad, de ahí que se abogue por lo internacional, ni en un sex shop al uso, de ahí que se le adjudique el prefijo super. Lo mejor sin duda es la figura de esa señorita rimbombante, de amenazantes pechos y braguita de encaje, con una melena leonina que recuerda a la de
Marujita Díaz en sus años mozos.
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nº6 |
Pero si queremos socializar el ímpetu lividinoso qué mejor que hacerlo en una de esas llamadas salas de fiesta o clubs, una especie de
pay per view carnívoro y embriagado, enmascarado dentro de las salidas nocturnas más sandungueras. Dentro del ajado ejemplo rotulista que usamos vuelve a brillar ese rubio objeto del deseo, una señorita de armas tomar y poco propensa al resfriado.
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nº7 |
Una variante dentro del sector anterior, que trata de beber de tiempos mejores, más lustrosos, historicistas y literarios esel mundillo de los cabaret, una reliquia enjaulada que en nuestro solar patrio derivó en lo que luego fue la revista, y que trataba de darle un poco más de empaque y enjundia a lo que no era más que la exhibición de la lorza deseada y turgente. Eso si, regada con una puñado de números musicales. El rótulo que se hace eco de esta vertiente es un tríptico repetido, ahíto de otro tipo de limpieza, plagado de luces de neón y con la silueta de una supuesta bailarina marcándose un baile de tintes exóticos, aunque recuerde más al resultado de una radiografía.
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nº8 |
Y para concluir este variopinto y sexuado paseo mostrar un auténtico vestigio del desarrollo sexual de muchos y que hoy se erige en una antigualla cercana al anacronismo. Hablamos de los cines X, tan en boga desde la Transición, verdaderos laberintos de pasiones, poblados de una fauna inenarrable y repletos de manos azarosas, pero que el
direct to video arrinconó, apagó y finiquitó. Y ahí queda ese rótulo para el recuerdo perdido y cochambroso.
Corolario: donde hay
cama rótulos, la gente está contenta.
Ubicación: nº1: C/ Casas de Campos ( Málaga )
nº2: Torre del Mar ( Vélez-Málaga )
nº3: C/ Duquesa de Parcent ( Málaga )
nº4: C/ Tomás Heredia ( Málaga )
nº5: Avenida de los Manantiales ( Torremolinos )
nº6: Fuengirola
nº7: Fuengirola
nº8: C/ Trajano ( Sevilla )
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