Serie A: cacharritos (225): el gran carrusel


Como bien saben nuestros acérrimos seguidores, dentro del recorrido que hacemos por los cacharritos no canónicos solemos mostrar la variante conocida como tiovivos/carruseles, que en muchas ocasiones funcionan como acumulación grupal de diversos cacharritos que también poseen su vida fuera del rebaño mecanizado. Sin duda alguna el tiovivo más estremecedor, polvoriento, decadente y a la par, sobradamente arrebatador y enjundioso fue el encontrado a las puertas del Popeye Village en la isla de Malta ( insuperable parque de ocio que ya tuvo su entrada en el Parche ). Dejando aparte su famélica y herrumbrosa estructura, con una cubierta ajada, decorada con unas cartelas de colores casi desgarradas, lo más pintoresco del conjunto es el grupo de cacharritos que conforman su poca lustrosa caravana mecanizada de ocio, erigiéndose en una lóbrega y sinuosa parada de monstruos. Ahí van los ejemplos más descacharrantes:


Abriendo camino un caballo al galope, con hocico descascarillado y mirada torcida. Huyendo de la quema.


Una vez abierto el camino dejamos paso a un desvencijado bólido de carreras, de fuerte sabor años 50 y con una estremecedora necesidad de una mano de pintura. De ITV, mejor ni hablar.


Sin ya nada que perder, mandando bien lejos los prejuicios, se instala esta locomotora de tísico y achaflanado aspecto, decorada en su morro con un lunático rostro sonriente, ojos estrábicos y flequillo imperdonable. Simplemente un error.


Y si en la jungla el león es el rey, en este indescriptible carrusel tal honor se lo adjudicamos al cacharrito más impactante de todos, ese gigantesco conejo, hermano de leche del inefable Bugs Bunny, poseedor de toda la genética de su parlanchina ralea, o sea, orejas elefantiásicas, mirada burlona, prominentes incisivos, diminuta nariz rosácea y postura pugilística, todo ello envuelto con un pelaje de un exquisito gris azulado. Soberbio animalejo, merecedor de mayor fortuna, que reivindica su necesidad de saltar solo, despojándose de sus freaks compañeros de vueltas. Pero a veces el mundo cacharreril es ingrato, dando lugar a feos arrinconamientos y sin posibilidad de redención. Valga aquí este tributo a un conejo sin chistera.

Ubicación: Popeye Village ( Anchor Bay, Malta )









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