Serie D: arqui_texturas (17): Edificio El Congreso


La arquitectura de la Costa del Sol, fruto del desarrollismo y del boom turístico, dio lugar a una sobredimensión arquitectónica, jalonada por imponentes edificios de apartamentos, de considerables alturas, con unas fachadas más parecidas a colmenas debido a la aparatosidad numérica de terrazas y ventanas, la mayoría cerradas con horrorosos cierres de aluminio. Como ejemplo paradigmático de este tipo de arquitectura setentera tenemos el Edificio El Congreso, un conjunto de dos enormes bloques de apartamentos, junto a locales comerciales y oficinas distribuidos en edificios anejos de menor impronta y a distintas alturas, todo ello articulado en torno amplias zonas comunes, luengos pasillos y maltrechas escaleras mecánicas. Un incuestionable ejemplo de la fiebre constructora de una época marcada por la necesidad del espacio y el uso mayestático del mismo, con una tendencia al verticalismo rectilíneo, a la par que a la horizontalidad del espacio común y comunitario, como signo de confort y comodidad.


Junto al uso del blanco y el azul en toda la fachada, lo cual le otorga un apropiado toque marítimo al asunto, este complejo se señala por un programa decorativo singular pero muy propio de este tipo de edificaciones. Sin duda alguna el elemento que más destaca en este ámbito es el colosal rótulo de Torremolinos que corona una de las torres, iluminado por las noches, y que sirve de cartel anunciador de la localidad, al estilo del archiconocido cartel hollywoodiense.


A esto sumamos un conjunto de decoración figurativa, de un lado con espectaculares tableros escultóricos en las fachadas menores, de un estilo parecido a la decoración católica postconciliar y que presenta diversos usos de la vida cotidiana; y de otro lado tenemos extensos murales corridos, en cerámica, conformado con multitud de elementos geométricos, que decoran diversos pasillos exteriores del recinto.


Y para concluir esta entrada, que perfectamente podía pertenecer a la serie de decadencias, señalamos que la mayor parte de este tipo de construcciones se hallan en un estado de conservación más que mejorable, con ostensibles elementos degradados y un estado de dejadez poco digno, y es que tal amplitud de espacios, locales y zonas comunes, tan propias de los años 70 del siglo pasado, son hoy en día parcamente asumibles, lo cual da lugar a situaciones de abandono paulatino y olvido de conceptos. Una especie de horror vacui vuelto del revés.

Ubicación: C/ Hoyo ( Torremolinos )

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