Serie K: estatuaria (43): monumentos garibaldinos

201 años se cumplen del nacimiento de Giuseppe Garibaldi, aguerrido y belicoso militar italiano, aunque nacido en Niza, y factótum del proceso unificador de Italia. Un personaje muy querido en toda la península itálica y en Hispanoamérica ( sus andanzas militares al otro lado del Atlántico también fueron profusas aunque menos conocidas ), erigido en uno de los Padres Fundadores de la patria italiana, junto a Cavour, y por tanto muy laureado y recordado en sus calles y plazas. No hay ciudad transalpina que carezca de su correspondiente Via o Piazza de Garibaldi; así mismo, son numerosas las estatuas levantadas en su honor y recuerdo.
En esta entrada conmemorativa mostramos algunos ejemplos de esta prolífica colección estatuaria, cada una con sus peculiaridades pero todas con el mismo carácter simbólico y honorífico hacia una figura tan reverenciada como indómita.

Aunque sin duda la más conocida escultura ecuestre del militar italiano sea la que se haya en el Gianicolo romano, la que se encuentra en Milán, muy cerca del Castello Sforzesco, tampoco le va a la zaga, mostrando todo su poderío, rozando la majestad y el más alto reconocimiento.

En la fría Lucca también se yergue la figura del indócil militar, apoyado en su sable y con un temple sereno y soberbio.

En una plaza cerca del Arno, la ciudad de Pisa muestra sus respetos por el héroe unificador, que en esta ocasión muestra una pose más descansada y menos altiva, mostrando un lado más humano.

La bella Ferrara eligió una una umbría plaza para levantar un busto conmemorativo a la figura garibaldina, más laureado y un toque más distinguido y ennoblecido.

Cerca del Castello Visconteo de Pavía se levanta este aparatoso monumento al general nicense, con un nutrido grupo escultórico, león incluido, coronado por el barbudo militar con pose victoriosa y conquistadora.