Serie D: arqui_texturas (44): iglesia Ntra. Señora de la Paz

El Concilio Vaticano II tuvo una serie de aplicaciones efectivas ( cuando no efectistas ) en todos los niveles de la vida religiosa del catolicismo, desde la Liturgia hasta la ornamentación, pasando por el análisis de los textos sagrados o la imbricación en los nuevos medios sociales.
La arquitectura religiosa no escapó a este vendaval reformista, que queda meridianamente explicado en las sucintas palabras de José Luis Cabrera(1):
          " la arquitectura religiosa tras el Concilio busca plasmar una Iglesia abierta,
             luminosa y despejada. Se recurre a lo contemporáneo en la arquitectura y
             en la decoración. Y se busca inspiración en formas anteriores al Concilio
             de Trento, en el románico, en las tallas medievales desprovistas de ropajes
             y joyas. Por contra se rechaza el barroquismo, se rehuye de filigranas y
             dorados que se identifican con esa iglesia " Ancien Regime " que se pretende
             superada ".


La parroquia malagueña de Ntra. Señora de la Paz, con boletín de erección de septiembre de 1968, es un corolario de todas las novedades que en el terreno constructivo emergieron en aquella época. Desposeimiento formal, pureza de líneas, aunque se adapten soluciones algo estrambóticas ( caso de ese supuesto pináculo central ), descarnamiento y empobrecimiento de materiales, todo ello ligado a una supuesta evangelización arquitectónica y emparentado con concepciones a lo Gaudí.


Uno de los elementos más característicos de esta iglesia, junto a esa cubierta irascible de movimiento, sean esas vidrieras en forma de herradura, ramplonas por fuera y algo más atractivas al interior.


De entre los componentes decorativos y litúrgicos interiores señalemos ese retablo de estructura aleatoria y etérea, si ello sirve para explicitar a las nubes que lo componen, profuso en espacios vacíos; o bien la preceptiva cruz que corona el altar ( un altar algo esquinado por la irregular traza de la planta del edificio ), reducido a su mínima expresión, de aires románicos, escuálido y algo ingrávido que parece descender acompañado de esa extraña trama de hilos y cuerdas.

En fin, no se puede negar que todo este programa arquitectónico fuera hijo de un pensamiento religioso muy concreto, que mira de reojo a la pobreza espiritual y al despojo terrenal, aunque ello supusiera barrer con toda la tradición arquitectónica/escultórica/pictórica que había formado a la Iglesia Católica durante los 500 años anteriores. Ello no invalida ciertos aciertos de este movimiento, sobre todo centrado en los años 70, cuando tales innovaciones aún respiraban a través de estilos como el Movimiento Moderno, el Internacional o los ecos del estilo castellano. Hasta que el feísmo y la insidia contra lo antiguo lo arrasó todo.

Ubicación: C/ Goya ( Málaga )
Notas: (1): de su artículo: Iglesia del Buen Consejo: conflicto artístico y teológico

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