Serie F: objetuando (75): Especial libretas de ahorro
La eclosión de la banca on-line, de las apps bancarias y demás tecnología cibernética ha dejado en desuso los antiguos modos que las entidades bancarias tenían de relacionarse con sus clientes, siendo los mayores damnificados todos aquellos instrumentos de soporte papel, como es el caso de las libretas de ahorro. Libretas donde se realizaban los apuntes de las cuentas a las que pertenecían, se grababan todos los movimientos dinerarios de entrada y salida, en las que reinaban las relaciones entre el debe y el haber. Así mismo tales libretas, como objetos físicos, incorporaban los colores corporativos, logos y emblemas varios de la entidad, por lo que resultan sabrosos para los amantes del branding pasado y todo un nicho de información visual de bancos ya extintos, fusionados o perdidos.
Veamos varios ejemplos de tales objetos tan deseables como codiciados, sobre todo si tenían en su interior un abultado saldo a favor:
Antigua libreta del Banco Exterior de España, de tonalidades verdes, con una tipografía caligráfica de una clasicidad gótica y en cuyo reverso se muestra el aún más clásico emblema de la entidad, una especie de sello orlado en cuyo interior se identifica a un Mercurio, un barco velero, una rosa de los vientos y demás panoplia viajera que conecta con su primigenia labor allende de nuestras fronteras.
Otro ejemplo anticuado el del Banco de Bilbao ( sucursal de Málaga, como bien queda estampado en la portada ) que muestra una especie de grabado a la tinta de la fachada de la sede central de la entidad, una imagen casi de posguerra que transmite cierta quietud.
El Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda también seguía esta senda arquitectónica para sus libretas, mostrando nuevamente la fachada de su sede central, aunque esta vez sobre un fondo verde oscuro. En este caso la libreta venía timbrada con el número de sucursal y localidad.
Algo más soso es este ejemplo de la Caja de Ahorros y Préstamos de Antequera, con un texto impreso descentrado y con un escudo heráldico poco visible, y que lo intenta paliar usando un potente color rojo.
Mucho más acertado es este ejemplo perteneciente a la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria, que juega con los colores tanto corporativos como locales y que muestra un destartalado, juguetón y algo absurdo logotipo que parece un collage infantil, duro incluido.
También había libretas para el súmmum de los ahorros, esto es, el plazo fijo, caso de esta libreta para tales menesteres del Banco de Santander, con ese logo cuadrangular que aunaba las dos iniciales del banco.
Ejemplo más reciente el de esta libreta de Argentaria, conglomerado de bancos públicos de los años 90, en este caso vía Caja Postal, y que aporta la gran novedad de bautizar a la susodicha libreta como La Millonaria, como si de un juego de azar se tratara.
Y ya empezaron los bautismos bancarios de todos sus productos, con las cuentas de ahorro como máximo exponente, caso de esta Cuenta 20 del BCH. En esta libreta vemos una dicotomía de logos puesto que esta presente tanto el abanico del BCH como ese emblema inicial después de su fusión con el Banco Santander.
Toda una delicia brandera y objetual de unos tiempos en los que el dinero era algo más visible que el operativo táctil de hoy en día.
Veamos varios ejemplos de tales objetos tan deseables como codiciados, sobre todo si tenían en su interior un abultado saldo a favor:
Antigua libreta del Banco Exterior de España, de tonalidades verdes, con una tipografía caligráfica de una clasicidad gótica y en cuyo reverso se muestra el aún más clásico emblema de la entidad, una especie de sello orlado en cuyo interior se identifica a un Mercurio, un barco velero, una rosa de los vientos y demás panoplia viajera que conecta con su primigenia labor allende de nuestras fronteras.
Ejemplo más reciente el de esta libreta de Argentaria, conglomerado de bancos públicos de los años 90, en este caso vía Caja Postal, y que aporta la gran novedad de bautizar a la susodicha libreta como La Millonaria, como si de un juego de azar se tratara.
Y ya empezaron los bautismos bancarios de todos sus productos, con las cuentas de ahorro como máximo exponente, caso de esta Cuenta 20 del BCH. En esta libreta vemos una dicotomía de logos puesto que esta presente tanto el abanico del BCH como ese emblema inicial después de su fusión con el Banco Santander.
Toda una delicia brandera y objetual de unos tiempos en los que el dinero era algo más visible que el operativo táctil de hoy en día.
Fantástico el post..... tengo una buena colección de libretas de ahorro japonesas de cuando se iniciaron los cajeros Fujitsu en España..... haré un post para que las veas.... un abrazo
ResponderEliminarGracias Antonio. Ardo en deseos de ver esas joyas niponas. No nos tardes. Un abrazo
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