El Parche ya ha llegado a ese ordinal, el sexto, que te emparenta tanto con Camilo como con Su Majestad D. Felipe. Sexto año de travesía cacharreril-rotulera y demás compañeros
parcheables que empieza a ser casi inexplicable en su pervivencia temporal, que aguanta el tipo como puede, dejando el cadáver de algunas series por el camino, aunque aferrándose al alimento ofrecido por otras. Nuestros maravillosos cacharritos languidecen pero siempre serán el mascarón de proa de esta desquiciada aventura, mientras que los vetustos rótulos siguen en su afán anunciador. Esculturas, objetos y portadas pululan como pueden; de decadencias y arquitexturas ni nos acordamos.
Es por ello que decidimos tonificar el
Universo Parche incorporando dos nuevas series, de incierta vida pero aporte efectivo, como serán: la
Serie L, dedicada a los folletos turísticos, con su correspondiente añada e indispensable gracejo visual; y la
Serie M, en la que mostrar diversos anuncios impresos en los que el aporte gráfico sea loable, además de su imprescindible antigüedad.
A ver lo que dura esta redifinición. Esperemos que al final veamos al Séptimo, aunque sea de caballería.
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