El 6 de julio de 1415 el teólogo, de origen bohemio,
Jan Hus, fue condenado por hereje y quemado en la hoguera por decisión del
Concilio de Constanza. Reformador de la iglesia checa, denunció los abusos y desviaciones doctrinales de la jerarquía católica, al mismo tiempo que recogía un sentimiento nacionalista checo; todo ello imbuido en el lacerante ambiente en el que se encontraba la Iglesia durante el Cisma de Occidente.
Para celebrar los 500 años de la muerte de tan insigne reformador la ciudad de Praga decidió erigir un monumento a su memoria y a la de sus impenitentes seguidores. Obra del escultor
Ladislav Saloun, se inició su construcción en 1903, siendo inaugurado en 1915. De una excelsa monumentalidad, representa a un
Hus templado y sereno, acompañado de un abigarrado y dramático grupo de seguidores, los husitas; mientras que del otro lado aparecen unas figuras alegóricas que representan al pueblo checo. Todo ello distribuido sobre un imponente pedestal de granito en el que predomina la figura de un ave fénix, así como unas leyendas con textos de
Hus.
Prototípico ejemplo de escultura monumental de principios del s. XX, de corte realista, cargada de un simbolismo penetrante, reivindicativa de una nación y pueblo checos en una época convulsa de separatismos y desapariciones de viejas estructuras políticas. De ahí también la importancia de su ubicación en pleno corazón de Praga, en la Plaza de la Ciudad Vieja, entre el viejo ayuntamiento y la emblemática iglesia de
Nuestra Señora de Tyn, de fuerte vinculación histórica con el movimiento husita.
Ubicación: Staromestské námestí ( Praga )
Autor: Ladislav Saloun
Año: 1915
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