Con un euro tan asentado como frágil, los rótulos que aún marcan sus precios en pesetas quedan como una reliquia o como un ejercicio de añoranza monetaria con escaso valor, salvo el sentimental. Este toque anticuado se suma al del nombre del establecimiento, de resonancias bíblicas y diluvianas, donde todo cabe y con la garantía de un precio fijado desde el mismo cartel. Atención a la decorativa fila de luces que enmarca al rótulo, con un genuino sabor a atracción de feria, con esas bombillas envueltas en carcasas estriadas. Todo un batiburrillo, y es que este local más que al arca de
Noé se parece al baúl de la
Piquer.
Ubicación: C/ Tamayo y Baus ( Málaga )
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