Los extras del Parche (6): el Parque del Oeste (I)


Con un nombre algo equívoco ( pues nada tiene que ver con el mundo del western ) emerge este coqueto y moderno parque urbano en una de las zonas más densamente pobladas de la ciudad de Málaga, en concreto la zona oeste, de ahí su cardinal nombre. Construido a principio de la cada vez más lejana década de los 90, es obra del arquitecto y urbanista malagueño Eduardo Serrano y ocupa una importante extensión de terreno, en torno a los 74.000 metros cuadrados, teniendo su entrada principal en el barrio de La Paz y llegando prácticamente al paseo marítimo que discurre junto a la playa de la Misericordia.


Posee un estudiado y, a la vez, maleable diseño, protagonizado por amplios estanques de agua, de poco calado pero con la idea de piscinas que invitan a su observación pausada, que se rompe en ocasiones con profusos y estruendosos caños de agua, también conocidos como géiser. La placidez del estanque más al norte llega en ocasiones a resultar terrorífica, como sacada de algún fotograma del Marienbad de Resnais.


Conectado con ese artificial lago rectangular aparecen dos espacios acuáticos de gran relevancia, diferenciados entre sí. De una lado, un segundo estanque, de contornos más asimétricos, y paralelo a él, una suave pendiente compuesta de varias piscinas escalonadas que fluyen a pequeños saltos, creando una zona rica en distorsiones visuales.


Todo ese conjunto de espacios acuáticos se haya rodeado por un ordenado dédalo de caminos, senderos y puentes, alineados con zonas vegetales ( con abundancia de flores ) y columnas arbóreas, de las que destacan las de palmeras. Así mismo, y para remarcar la vinculación con el agua de todo este conjunto, también se dispone algún sendero interconectado con el líquido elemento.


Una curiosidad surgida dentro de este estudiado jardín es un oscuro espacio cuajado de pilares redondeados, que se asemeja a una sala de columnas cretenses, como desposeídas de Cnosos, y remarcadas por el color rojo bermellón usado para su decoración. Es solo un apunte mitológico de los muchos que rodean este celebrado parque.



Señalemos también el uso de teselas de cerámica decorativas en las riberas de los estanques, destacando dentro de esta amalgama un par de elementos: una rosa de los vientos y un recordatorio del descubrimiento de Ámerica. Singulares aportes iconográficos.


Así mismo hemos de indicar, a parte de las consabidas áreas infantiles y pistas deportivas, la existencia de algunas especies animales a lo largo del parque, caso de varios tipos de patos, cisnes y en una elevación de piedra que se alza en la zona media del recinto, y que se la conoce como el zigurat, y que alberga una pequeña reserva animal poblada con algunos ejemplares de emúes y canguros wallabies, entre otros. Junto a ese elemento central existen otras plataformas desplegadas por los estanques que sirven para el reposo de diversas aves o de las abundantísimas tortugas que viven en esas aguas.


Pero sin duda alguna la mayor característica de este parque la ofrece su impresionante oferta escultórica que pulula por todos sus rincones, creando un auténtico museo al aire libre, con unas figuras de lo más misteriosas... . Intentaremos desvelar algo de ese misterio en la próxima entrada.





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