Serie G: callejero (23)
Lo más católico que puede encontrase en la capital checa es la figura del Niño Jesús de Praga, diminuta imagen, tan majestuosa como devocionada, y al parecer muy milagrosa. De posible origen español, fue regalada en 1628 a los carmelitas de Praga por la princesa Polixena Pernstein, perteneciente a la muy noble familia de los Manrique de Lara. Así que es comprensible que dentro de la malagueña barriada de Sixto nos encontremos, colindantes, las calles dedicadas a la extraordinaria talla y a su patrocinadora. Episodio histórico alejado de los tradicionales que nos encontramos en los achacosos callejeros.
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