El
Parc d'Egmont es uno de los rincones verdes más recoletos y menos transitados de la ajetreada ciudad de Bruselas. Y allí, en mitad de ese recodo de serenidad y quietud se alza la escultura que, tras la I Guerra Mundial, donara a la ciudad belga el escultor londinense
George Frampton.
En ella se representa a uno de los personajes más carismáticos de la literatura infantil/juvenil, Peter Pan, encaramado a un túmulo del que emergen todo tipo de personajes y animales que pululaban por las historias creadas por
J.M. Barrie, con gran predominio de conejos.
Realizada en bronce, fue erigida en 1924 como símbolo de la amistad anglo-belga, tratándose de una copia del conjunto escultórico que el mismo autor levantó en 1912 en los londinenses jardines de Kensington. Se la clasificó como monumento histórico en 1975.
Aunque ante todo es un monumento al poder de la imaginación y de la alegría, a la libertad de ser niños, cuanto más tiempo mejor. Aunque nos mire de reojo un conejo apoyado en un bastón.
Autor: George Frampton
Año: 1924
Ubicación: Parc d'Egmont ( Bruselas )
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