En algunas ocasiones hemos apuntado que el callejero recoge un elenco de actividades profesionales diversas, acompañando a un personaje reconocido; siempre algo elevadas, que van de abogados a médicos, pasando por aparejadores u otras profesiones de postín. Es por ello que causa sorpresa y admiración que haya una parada para una actividad tan necesaria como vilipendiada, la de cómico. Y en concreto para un artista antiguo de amplio bagaje teatral. El reconocimiento callejero.
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