Frente a la fachada principal del remozado cementerio de San Miguel se extiende una desolada e irregular plaza, llamada del Patrocinio, que más bien se configura en un vasto y desordenado aparcamiento; bastante deslucida para servir de foro de entrada a uno de los camposantos monumentales más sobresalientes de toda Andalucía. En uno de los extremos de dicha plaza, muy cercana a la llamada
sala del cabezazo ( una sala dedicada a expresar las condolencias a los familiares del finado, cuando el cementerio tenía una febril actividad ) se erige una fuente solitaria y tétrica, de apesadumbrado porte y que, sin querer molestar al atribulado paseante, establece un discurso con su funesto entorno, para recordar a vivos y muertos el rápido tránsito por la vida hacia la muerte.
Levantada en 1849 ( como bien se recoge en una placa del pilar central ) la fuente se compone de un pilón octogonal del que surge un cuerpo central del que emanan los dos conductos que hacían brotar el agua. Pero el elemento primordial y fundamental de tal composición es su entramado decorativo compuesto por un obelisco de ágata, antigua edificación de corte conmemorativo y honorífico que algunos quieren enlazarla como una representación de la inmortalidad, que se remata en su vértice con la figura de un reloj de arena con unas alas desplegadas, realizado en hierro fundido, y que simboliza al
Tempus Fugit, una figura latina de ecos virgilianos referida al tiempo que huye, que vuela,..., acicate para una visión más vitalista de la existencia ante ese tiempo que se nos escapa; o bien, una concepción más realista y pesimista que establece la fugacidad del tiempo de la que nadie puede huir y que nos condena para siempre. Que cada cual tome la que mejor le convenga, pero que lo haga rápido, presto, raudo,..., que el tiempo se acaba.
Todo muy propio para reflexionar acerca del desenlace fatal antes de entrar al cementerio, o bien a su salida, una vez que el recordatorio o la despedida ya se han realizado, y que nos pone en la dirección inexorable hacia la que todos caminamos. Y más aún en este mes de noviembre, mes de muertos.
Ubicación: Plaza del Patrocinio ( Málaga )
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