De una gran utilidad hasta la generalización del agua corriente, las fuentes públicas han entrado en un desuso dentro de su ámbito de legitimidad, perviviendo como rincones decorativos, sobre todo aquellas que tuvieran la suerte de ser levantadas con un programa iconográfico relevante, y compitiendo dentro de este sector con las fuentes monumentales, que ya nacieron con un mero objetivo decorativo/representativo.
Es el caso de la llamada
Fuente de Reding, construida en 1675 pero restaurada a principios del siglo XIX por el gobernador de la ciudad de Málaga,
Teodoro Reding, del cual toma su nombre, y que aprovechaba el agua proveniente del cercano manantial de Gibralfaro.
Con una estructura blasonada, posee una amplia pileta coronada con un magnífico mascarón en forma de pez, encima del cual se sitúan unos escudos con las armas de la ciudad, que se acompañan de una placa explicativa del proceso de reforma antes comentado, todo ello enmarcado entre pilastras planas. Magnífico ejemplo de fuente histórica, cargado de pasado, un tanto arrinconado en el espacio urbano pero que destila un fuerte sabor antiguo, con un toque romántico.
Y como apunte final, esa pequeña plaquita institucional, en uno de sus lados, que informa que tal abrevadero no es un lavadero de coches. Se hace saber... .
Ubicación: Paseo de Reding ( Málaga )
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