Antes de los actuales alardes tecnológicos en las marquesinas de autobuses, llenos de pantallas indicadoras, planos tridimensionales o códigos QR, las paradas de autobús eran cosas más sencillas, más rústicas. Una gran parte se componían de una mera barra con un panel metálico que servía de soporte a toda la información posible, o sea, un sistema tan asequible como elemental. Este sistema era el usado por la EMT ( Empresa Malagueña de Transportes ) en muchas de sus paradas durante los años 80 y 90, y en el que quedaba recogido el número de línea ( de gran dimensión en el centro del panel ), el destino inicial y último, todo su recorrido en forma de una casi circunferencia, así como las frecuencias de paso; todo ello usando el color corporativo que era un naranja eléctrico y colocando en la parte superior el logo de la empresa y el escudo de la ciudad. Su visión es todo un acto nostálgico para aquellos numerosos y frecuentes usuarios de ese medio de transporte público.
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