Serie F: objetuando (30): Especial cartas de menú callejeras


Antes de la obligatoriedad de publicar la carta de menú de los restaurantes a la entrada de los mismos, se usaban, como reclamos comerciales ilustrativos, unas rechonchas siluetas protagonizadas por un cocinero que alegremente mostraba, por lo general en una emborronada pizarra, una selección de las viandas más llamativas del local de turno. Hoy en día aún continúan expuestas algunas de ellas radicadas en su originalidad pasada y persistiendo los avatares de ser un hombre-anuncio de cartón, a tamaño natural y con la calidez del buen yantar expuesta en su rojizo rostro.


Variantes dentro de esta tipología son, de un lado, la versión reducida de la original, más para colgar en la pared pero que sigue mostrando al radiante cocinero (esta vez patrocinado ); y de otro lado, el modelo silueta-pizarra, pero esta vez protagonizado por un risueño tabernero. Todo siempre entre fogones.


También podemos señalar la evolución de estos anuncios callejeros transformados en auténticas piezas exentas, cual esculturas urbanas. Algunas prosiguen con la tradición y continúan apostando por el cocinero de ínfula afrancesada; mientras que otros dan un paso adelante, mostrándose más cercanos al público y ofreciendo la figura de un camarero, también bigotudo, y correctamente vestido. El cliente es lo primero.


Y para concluir un toque algo bizarro, y es que no de otra manera podemos denominar a un escanciador de leche, de la botella a la taza, y con mucho arte. Y eso que es asturiana.


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