Serie E: bizarrías (18)



Los reclamos comerciales para llamar la atención, y que así la gente entre en un negocio, son todo un mundo de posibilidades y variaciones, desde el sempiterno rótulo hasta disfrazar a algún desaprensivo trabajador con un traje grotesco. Lo de hoy roza la línea entre la instalación más povera y el anexo de un contenedor de mudanzas. Que a una tapicería se le ocurra colgar en la fachada de su negocio una silla tiene un pase, pero que encima coloque un gato disecado ( o parecido ), entra de lleno en el guiño cañí, el homenaje gatuno o el despiste perdulario. Un dislate estético pero con sabor a mesa camilla.

Ubicación: C/ Natalia ( Málaga )

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