Pese a la caída de algunas letras del concepto cafetería, queda la fortaleza del Hierro sin tocar y aguantando el desgaste del tiempo. Una fortaleza no solo nominal si no también conceptual pese a la rara mixtura que lleva a colocar en la misma línea gráfica el anaranjado cuerpo de una gamba sin pelar y a una humeante taza de café, más parecida a una lámpara maravillosa con el genio a punto de salir. Y es que aunar en el mismo espacio marisco y café sin solución de continuidad sólo ocurre en bares de barrio, donde cafés y tapas conviven en la apacible armonía de la necesidad consumidora de tiempo y refrigerio. Y qué importa que el cartel se caiga a pedazos, el olor siempre nos indica la ubicación.
Ubicación: C/ Martinez Barrionuevo ( Málaga )
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