Serie B: rótulos (107)

En las últimas entradas de esta serie hemos mostrado formas de rótulos poco comunes. Hoy nos salimos un poco más del tiesto, para abordar una forma de rotulismo fuera del concepto general: nos referimos al uso de toldos, esas cubiertas de tela o lona que usan algunos comercios para adornar sus entradas o guarecerse de inclemencias del tiempo. Estos toldos pueden ser neutros o bien incorporar el nombre del negocio y otro tipo de adornos, por lo tanto ejercerían la misma función que un rótulo.


El toldo que hoy tratamos, de estructura recia y uso abundante del plástico, merece la pena la reseña por su sabor añejo y por servir de homenaje a un tipo de diversión esteticista y decimonónica, elegante y altanera, demodé y meliflua; esa distracción que venía acompañada de toda una estética definida, salpimentada por aditamentos refinados y distinguidos, y que son los que quedan expresados en el toldo, desde la chistera y el bastón hasta el monóculo, ese nobiliario anteojo, que da nombre al local. Toda una delicia tan sugerente como desgastada.

Ubicación: Tánger ( Marruecos )

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