Nos alejamos de nuestras sempiternas placas azules para mostrar una especie de monolito que la ciudad de Torremolinos colocó para señalizar la avenida de entrada a la localidad, a la que bautizó con el nombre del ministro franquista que impulsó el desarrollismo y dio acta de naturaleza al boom turístico de la costa, esto es,
Manuel Fraga Iribarne. Y ello no tendría más implicaciones, salvo alguna que otra rasgadura desmemoriada, si no fuera porque el dibujo del orondo político gallego, creada, junto a su nombre, con un juego de azulejos, transmite una sensación un poco tétrica, mostrando una mirada algo torva y cierto gesto caníbal, estableciendo un lejano parecido con el
Tio Fétido de
La familia Addams. Una política mal encarada.
GREAT!
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