Serie F: objetuando (40): Especial tiradores (II)

 En el nº 25 de esta serie ( http://unparcheenelojo.blogspot.com.es/2014/02/serie-f-objetuando-25-especial-tiradores.html ) ya nos hicimos eco de esos objetos tan asidos y manidos, a la par que necesarios, como son los tiradores de puertas. Volvemos a tan obligados objetos con una nueva hornada de los también llamados pomos o mangos.

Comenzamos con una pieza a extinguir debido a esa terrible moda de las puertas que se abren solas ( o sea, por sensores de movimiento ) cada vez más imperante en multitud de tiendas, caso de los grandes almacenes españoles por antonomasia y cuyo nombre se repite hasta la extenuación en todo el tirador.

Siguiendo la estela rectangular mostramos una reliquia de orden setentero, ya desaparecida, y que pertenecía a la entrada de una de las tiendas más distinguidas y apreciadas del antiguo comercio malagueño, como era Pérez-Cea. Atentos al papel de envolver que también aparece en la foto y que muestra la flor que servía de logotipo a tal establecimiento. De todo ello solo quedan buenos recuerdos.

La madera siempre ha dado mucho juego en este mundillo. Es el caso de este ejemplo, extraña mezcla entre asador y raspa de pescado.

Aunque el aluminio y los cromados también abundan. Esta vez jugando con una forma de letra D alargada que facilita la sujeción.

El metacrilato también tiene su hueco en este sector. Atentos al sol central que acoge a unos magníficos dibujos sobre el transporte: avión y coche.

No olvidemos la función institucional de muchos de estos tiradores, que muestran logotipos y emblemas de las empresas e instituciones que los acogen. Paradigmático el ejemplo de la ONCE.

Imprescindibles los tiradores con forma de objetos. El caso de este llave-tirador, entre barroca y decimonónica, es exquisito, digno de preservarse a toda costa.

Atentos a este otro ejemplo de objeto-tirador, cual brazo incorrupto de maniquí, que obtiene una función supletoria.

Y para concluir, este tirador rectangular ocupado en toda su extensión por una antorcha resplandeciente, entre la alegría de llegar a casa y la presencia vivificante del fuego encerrado.

Hasta aquí esta segunda vuelta sobre el animado mundo de los tiradores de puertas, hasta la espera de nuevos ejemplares. Tiren otra vez y vean.