Serie F: objetuando (39)


Uno de los rincones más especiales de numerosos bares durante los años 70, 80 y 90 era aquel donde radicaban las máquinas de juegos, no las discutibles tragaperras ( que también poseen un regusto sabroso a frutas saltarinas y luces alocadas ), si no aquellas que ofrecían un videojuego en esas enormes pantallas de tubo. Una variante de las mismas, algo más analógica y arcade, eran las que ofertaban un juego no electrónico, caso de este clásico Monza, que consistía en un circuito circular por el cual había que transportar una bolita, dirigiéndola con un volante adosado a la máquina. La simpleza de su mecanismo la emparenta con esas maquinitas de mano que usaban un sistema muy parecido de juego. Todo un arrebato lúdico que hoy rezuma un halo vintage. Atentos a la pegatina superior que anuncia el precio de cada partida: 5 pesetas.

Ubicación: Interior del pub 97 Super ( Málaga )

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