Serie E: bizarrías (32)


Casi todas las ciudades o comarcas tienen un dulce especial o típico, algunos herederos de antiguas tradiciones, otros con unos orígenes más bastardos, aunque todos igualmente apetitosos. Y sin que me ciegue el amor localista, es el pastel malagueño por excelencia, sin duda alguna, el más arrebatador, tanto por su color, sabor y, sobre todo, por su nombre. Nos referimos a la torta loca, un dulce con base de hojaldre, relleno de crema y con una genial cobertura superior de yema que destila un espectacular color naranja, con una matizada guinda roja en su centro. Ahí es nada.
Y qué mejor nombre de eco tan perturbado para ponérselo a una pastelería, cuyo cartel anunciador amplifica el loquerío cargante de azúcar colocando a una torta loca, antropomorfa, tan pastelera como pastelosa, sacando la lengua, con la guinda como nariz y exhibiendo a unas pequeñas compañeras suyas sobre una bandeja. Todo a un tris de un enloquecido acto de canibalismo dulcero aunque sin eliminar la sonrisa de su redondo rostro. Muy loca ella.

Ubicación: C/ Almería ( Málaga )

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