El repliegue y desestructuración de diversas instituciones del Estado ha provocado el cierre y posterior abandono de numerosas sedes y edificios públicos. Sin duda alguna, una de las instituciones que más ha sido afectada por este proceso desalentador es el Ejército español, que ha clausurado cuarteles y otras instalaciones a lo largo de todo al país, en un proceso parejo a la reducción de sus efectivos. Un ejemplo paradigmático de esta situación lo tenemos en la ciudad de Málaga, en concreto en el llamado
Campamento Benítez, antiguo cuartel de la Legión, situado en la carretera de Cádiz, sobre una vasta extensión de 28 hectáreas. Fue inaugurado en octubre de 1928 hasta que el ministerio de Defensa decidió, en 1995, cerrar el acuartelamiento y trasladar las tropas, desmantelándose todo el recinto, del cual sólo pervive la entrada principal y una parte del perímetro, quedando todo el interior como una soberbia extensión tan baldía como agreste.
La portada principal destaca por su imponente porte marcial, de ecos medievales, representados en el uso de almenas y de piedra vista en la fachada, todo ello rematado con el antiguo escudo nacional y el membrete orlado con el nombre del militar con el que fue bautizado el acuartelamiento. La sensación de abandono y dejadez queda ejemplificada en las pintadas y rastrojos que jalonan el conjunto.
Tan suculento terreno se haya en una diatriba administrativa por su titularidad y disfrute entre el ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Málaga, que no terminan en ponerse de acuerdo para su cesión. La intención municipal es hacer un gran parque periurbano, una vez descartada la faraónica opción, que surgió a mediados de la década pasada, de crear el
Museo Nacional del Transporte y la Obra Pública sobre esos terrenos, y para lo que se convocó un concurso de ideas, resultando ganador el llamado
La Hoja, de la arquitecta
Carme Pinós. Hoy en día todo sigue en un limbo administrativo y político, debido al cual sólo sale perdiendo la ciudadanía malagueña, mientras que el antiguo espacio castrense sigue languideciendo entre frondosos árboles y recuerdos militares.
Y para concluir esta entrada, recordar que la ciudad sigue rindiendo tributo al comandante que dio nombre a este destartalado cuartel, en forma de estatua situada en el Paseo del Parque, uno de los lugares más nobles de la ciudad. El último reducto para una figura y nombre tan manoseado como destacado dentro del acervo cultural de Málaga.
Ubicación: Carretera MA-21 ( Málaga )
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